<Nargond/2006>

La primera sensación al subirse al mueble del Afterburner Climax es ésta. Sí, la misma. No hablo de la impacto visual que tuvo en su día (alcanzado prácticamente el fotorrealismo, soprender como antaño es casi casi imposible), sino del feeling: el sentarse en la cabina móvil, el coger la palanca y el acelerador, la sensación de introducirse en plena guerra. Es el Afterburner II con gráficos del 2006. Impresiona, desde luego. El sol relumbra en el mar, el fuselaje de tu avión brilla, el suelo pasa como un borrón bajo tus alas. Pero no es eso de lo que quiero hablar.

Quiero explicar cómo es posible actualizar, renovar, poner al día un planteamiento clásico sin perder una pizca del espíritu original.

El control es exactamente igual que el del Afterburner clásico. Un punto de mira, una ametralladora, misiles y un acelerador/freno. Punto. Entras en batalla, los aviones comienzan a aparecer desde los laterales en claro homenaje a la máquina original. Y como en la máquina original, ametralladora y a derribar todos los que puedas. Acabado este ciclo, empiezan a aparecer en el horizonte naves: señalas las que puedes, misil, misil, misil, boom, boom, boom. Se te escapan dos o tres, y como en la máquina original, te lanzan sus propios misiles. Los ves venir y los esquivas haciendo un loop.

Pero a medida que avanza la pantalla, notas que las cosas no son exactamente como antes. Pese a que la premisa sigue siendo la misma, el desarrollo comienza a emprender un nuevo camino. La aparición de enemigos tiene una cadencia diferente, lo que te obliga a cambiar el ritmo. En pocos momentos dejas de pensar en apuntar con la mirilla y pasas a luchar por sobrevivir. La pantalla se empieza a poblar de misiles, de los tuyos y de los suyos. Ves a los enemigos y sabes que puedes destruirlos, ves venir a los misiles y sabes que puedes esquivarlos. Y lo haces. Y te das cuenta de que puedes destruir misiles enemigos con tu ametralladora. Y voilà. El desarrollo se ha vuelto orgánico, tus reacciones instintivas, destruyes, esquivas, vuelas entre decenas de misiles que rozan tus alas, pero sabes que tienes todo bajo control. No hay nada al azar, si eres bueno sobrevives, si eres malo mueres. Es la perfecta traslación del “manic” de los manic shooters al género on rails. Añadamos a la ecuación vuelos rasantes por desfiladeros poblados de misiles antiaéreos, por dentro de bases subterráneas pobladas de barreras láser móviles y obtendremos una curiosa combinación de elementos manic (la cantidad de balas) y clásicos (la influencia de los escenarios) al más puro estilo Radiant Silvergun o Ikaruga.

Pero falta por hablar de la otra parte de la fórmula que popularizaron los manics: los multiplicadores de puntuación. Y es que Afterburner Climax también está equipada con esafeature. En el lateral superior izquierdo se puede observar un contador de combos. Con cuatro o cinco partidas en mi haber no he sido capaz de entender exáctamente la mecánica, pero no creo andar muy lejos si dijera que se trata de naves derribadas sin fallar. Es decir, que en el momento en el que se escapase una, el contador de combos se vaciaría. Pero tengo que comprobar este punto.

Hablemos ahora del acelerador situado a la izquierda del jugador. El jugar con el acelerador y el freno genera situaciones parecidas (salvando las distancias) a las del Panzer Dragoon Orta, acelerando para alcanzar ciertos enemigos, frenando para dejar pasar a otros o para mantenerse a su par. Es un punto estratégico que probablemente se podrá utilizar para no perder los combos en más de una ocasión (NOTA: tomaos esto último como una pura especulación de mi parte). Pero no sólo eso: con el acelerador se puede activar el elemento que da nombre al juego. El modo Climax.

A medida que avanza el juego y siguiendo unos parámetros que desconozco (por ahora), se va cargando una barra de Climax situada en la parte inferior de la pantalla. Una vez preparada es recomendable esperar a que aparezca una oleada grande de enemigos en el horizonte: es el momento de empujar el acelerador hasta el tope superior.

La pantalla restalla y bombea, ralentizándose la acción al estilo del clásico tiempo bala. El punto de mira se vuelve más grande. Entonces comienzas a fijar a todos los enemigos que hay en pantalla a disparar: fijas, disparas, fijas, disparas, fijas, disparas, disparas, disparas. Sueltas el el acelerador y fum! 20, 30 misiles salen simultáneamente de tu avión e impactan en TODOS los enemigos en la orgía de destrucción más espectacular que he visto en videojuego alguno. Combo 19!

Sólo dentro de bastante tiempo, cuando hayamos estudiado en profundidad la mecánica, la disposición de salida de los enemigos y la posibilidad de destruir a todos en combo, podremos decir si es realmente el mejor rail shooter hasta la fecha. Por ahora, imaginaremos que lo es.

Puro climax.